Las pocas veces que alguien se asoció con Moreno, el conjunto de Miguel Angel Russo generó cierto peligro, a través de Pablo Lugüercio (18m., 27m. y 37m.). Lo mejor del equipo visitante se vio cuando Moreno, Lugüercio y Patricio Toranzo se juntaron y manejaron la pelota.
Pero Tigre no fue mucho menos, batalló en la mitad de la cancha, trató de contraatacar y tuvo sus situaciones, aunque siempre chocó contra Jorge De Olivera. Fernando Telechea, su delantero más peligroso (9m. y 36m.) y Claudio Pérez (35m.) exigieron al siempre seguro arquero de Racing. Pero el conjunto de Victoria sintió los flojos desempeños de sus mejores hombres, Diego Castaño y Román Martínez. El cuarto de inicial del segundo tiempo tuvo otra dinámica. Es más, se invirtieron los roles: Racing pegó más y Tigre fue más ambicioso e incisivo. Telechea reventó el travesaño (7m.) y Denis Stracqualursi (8m.) no tuvo desviar un pase con destino de gol. El equipo local insinuó asumir el protagonismo. Pero pasado esos 15 minutos, el desarrollo del partido volvió a caer: fricción y poco fútbol. Caruso Lombardi trató de darle más juego y movilidad al equipo en ataque con el ingreso de Diego Morales por Telechea. En cierta forma lo logró, pero se equivocó porque el cambio era por Stracqualursi. Russo respondió con otra variante, Gabriel Hauche por Lugüercio, que dejó en claro la poca ambición por ganar el partido. Eso se lo recriminó toda la hinchada de Racing. Después ambos técnicos movieron el banco, pero nada cambió y el empate les cayó muy bien a los dos